Almeida no cumple la promesa de colocar más árboles en la plaza de Santa Ana y mantiene su fama de arboricida
Los vecinos se sienten “decepcionados y engañados” con la imagen árida tras las reformas de la plaza, que ha perdido la mitad de su arbolado en beneficio de un aparcamiento privado


Los vecinos del barrio de Las Letras no tenían dudas de que las reformas en la plaza de Santa Ana tendrían un resultado desalentador y, aún así, la estampa que ha quedado tras la retirada de las vallas ha logrado impresionarlos. “Tenemos una mezcla de sorpresa y decepción, nos sentimos engañados”, dice Casilda Rivilla, vicepresidenta de la Asociación Vecinal de Sol y el barrio de Las Letras. Donde antes había una plaza con un paseo flanqueado por árboles ahora hay una plaza y algunas bancadas de puro cemento al sol. Ni las varias manifestaciones vecinales, ni las quejas de la oposición, ni el llamamiento del Defensor del Pueblo a explicar el por qué de las talas han podido evitar que se quitaran 27 árboles, la mitad de los que tenía la explanada.
Con las reformas que empezaron en marzo de este año los vecinos de Madrid han perdido otro espacio de sombra y fresco y el alcalde José Luis Martínez Almeida ha renovado su fama de “arboricida”. No solo les habían prometido que la plaza no sufriría cambios sustanciales, señala Rivilla, sino que la vicealcaldesa, Inma Sanz, llegó a asegurar a los vecinos que al terminar las obras habría 60 árboles, más de los que ya existían. Ahora poco queda por hacer más que lamentarse por los ejemplares perdidos, aunque el delegado de Medio Ambiente, Borja Carabante, haya dicho este miércoles que los 27 retirados de Santa Ana están actualmente en un vivero municipal “para poder trasplantarlos una vez finalicen las obras y llegue el mes de septiembre u octubre, que es cuando se puede producir el trasplante”.
Lo que Carabante no ha aclarado es cómo se trasplantarán, porque en la plaza no ha quedado tierra visible. “¿Dónde van a colocar esos árboles si han tapado los alcorques con una losa?“, se pregunta la vecina. ”Si lo hacen, será en otra parte, o en macetas, aunque en este caso pondrán árboles con poca raíz". Rita Maestre, portavoz municipal de Más Madrid, se ha lamentado esta mañana ante la prensa de que la plaza de Santa Ana “era una de las pocas del centro de Madrid que seguía teniendo sombra y árboles”. Las nuevas talas alimentan la imagen de una capital que poco a poco se va convirtiendo en una jungla de hormigón y cemento, en la que no queda espacio para la vegetación, y menos para los árboles de mediano y gran porte como los que había en este lugar.

La explicación del secarral que se ha quedado en esta céntrica plaza está a unos metros de profundidad. Debajo del suelo hay un aparcamiento, construido en 1966, que hasta 2022 fue gestionado en régimen de concesión por una empresa privada y ahora ha pasado a manos de otra, el Grupo Ortiz, quien obtuvo el contrato a cambio de que reformara la plaza. Pero la plaza en sí no tenía ningún problema; más bien ha sido la empresa la que ha ganado por partida doble, porque además de gestionar el aparcamiento, se le ha permitido levantar todo el pavimento de la superficie para reparar unas filtraciones y se han abiertos nuevos respiraderos.
La portavoz de Más Madrid también le ha recordado a Almeida que tiene la “obligación” de responder, ya no a las peticiones de los vecinos o de la oposición, sino a la solicitud de información del Defensor del Pueblo. Más Madrid envió una queja a Ángel Gabilondo cuando comenzó la reforma de la plaza y este, a su vez, solicitó al Ayuntamiento de Madrid datos sobre el proyecto. La mayoría de las cuestiones, según una carta remitida al grupo municipal por el Defensor y a la que este diario ha tenido , no recibieron respuesta clara.
📌 Plaza de Santa Ana
— MADRID DECADENTE (@MadridDecadente) June 9, 2025
Entre estas dos imágenes solo hay 11 meses y un solo culpable…
Julio 2024 ➡️ Junio 2025 #NoTeLoPerdonareJamasAlmeida pic.twitter.com/zwwq5QcZTo
Maestre ha acusado al consistorio de hacer “el clásico juego de trilerismo” para intentar ocultar la información sobre las obras, las talas y sus efectos. A la pregunta del Defensor sobre el número de árboles que se perderían y la justificación de esa necesidad, el Consistorio solo aclaraba que se preveía que de los 54 que tenía la plaza, 28 serían talados y 19, trasplantados, pero que no se podía determinar con exactitud que “hasta que no se firme el contrato de concesión de servicios y se inicien las obras”. Exactamente esa respuesta, sin más, recibió el resto de preguntas de Gabilondo, a pesar de que la queja de la izquierda se había enviado cuando las obras ya estaban en marcha.
Desde el año pasado los vecinos hicieron todo lo posible por evitar la tala e intentaron sin éxito calmar la sed de árboles del ayuntamiento con una propuesta alternativa, una modificación de la reforma para la que solo se tendrían que retirar 10 u 11 ejemplares. Carabante intentó aplacar a los vecinos, tras una manifestación que hicieron en enero de 2025, diciendo que las obras eran “necesarias” para ampliar las plazas de estacionamiento en la zona y que su única consecuencia sería la tala de “cinco árboles”. Rivilla tiene dudas de que incluso el aparcamiento vaya a ser beneficioso para buena parte de los vecinos, teniendo en cuenta que las mensualidades rondan los 150 euros.

La enorme losa de hormigón que es ahora la plaza de Santa Ana, según Maestre, deja el camino libre para más terrazas y “para la única persona que ha pedido esta obra”, en referencia a la empresa que gestiona el parking privatizado que está debajo. “No la han pedido ni el resto de los hosteleros ni los vecinos y desde luego ningún colectivo social de Santa Ana”, ha añadido. Según Rivilla, los vecinos están analizando qué acciones emprender de ahora en adelante. “Lo que no podemos es esperar a ver si en septiembre cumplen y nos traen de vuelta los árboles”, dice. Más Madrid ha registrado una moción de urgencia para el pleno de distrito Centro de este jueves, por si a los árboles de Santa Ana les queda alguna esperanza.
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