Intento de motín en Delaney Hall: inmigrantes encarcelados en el centro de detención protestan por la falta de comida
Las autoridades buscan a cuatro migrantes que se fugaron del centro de Newark, Nueva Jersey, en medio del caos


Los inmigrantes encarcelados en Delaney Hall dijeron basta. La tarde de este jueves, un grupo dentro del centro de detención en Newark, Nueva Jersey, abierto hace mes y medio, se rebeló por la falta de comida. Los detenidos derribaron una pared e intentaron romper ventanas en protesta por las pésimas condiciones en las que se encuentran. En medio del caos, cuatro de ellos se fugaron de la cárcel, según el Departamento de Seguridad Nacional. Mientras las autoridades intentan dar con ellos, la instalación permanecerá cerrada este viernes.
“Hemos obtenido mayor claridad sobre lo que ha ocurrido en las últimas 24 horas. Hubo problemas relacionados con el a la comida porque estaban trasladando a los detenidos a través de la cafetería”, informó este viernes el senador demócrata por Nueva Jersey Andy Kim, en una rueda de prensa delante de Delaney Hall, después de hablar con los funcionarios del centro. “Eso interrumpió la alimentación de los detenidos, lo que provocó malestar. Esto se suma a los problemas ya existentes y que ellos mismos nos confirmaron, como las porciones que reciben”, continuó.
El legislador confirmó que cuatro inmigrantes se habían escapado tras derrumbar una pared en uno de los dormitorios. “Nos explicaron que esta pared era básicamente de es de yeso con una especie de malla”, por lo que criticó la “construcción chapucera” de la instalación y la irresponsabilidad de la compañía gestora del centro, GEO Group, una empresa privada de prisiones que tiene un contrato con la istración Trump por valor de 1.000 millones de dólares en 15 años. Como consecuencia de la fuga, GEO Group está trasladando a grupos de detenidos fuera del centro y se supone que los sacarán a todos para hacer una “revisión de seguridad importante”, dijo el senador.
Delaney Hall ha sido escenario de protestas diarias desde que abrió a principios de mayo. Este jueves, las organizaciones comunitarias y activistas que han liderado las manifestaciones contra el primer centro de detención de migrantes de la segunda istración de Donald Trump, oyeron que un grupo había comenzado a amotinarse dentro de la cárcel tras no haber recibido comida durante 20 horas.
“20 horas sin comida, luego dos rebanadas de pan. Hay informes de un motín en Delaney Hall tras varios días de comida insuficiente o congelada, agua hirviendo que salía de las tuberías y múltiples horas de visita canceladas”, publicó en X la Alianza de Nueva Jersey para la Justicia de los Inmigrantes, desde la escena. La organización y otros s compartieron en redes sociales videos de decenas de agentes del orden de varias agencias policiales entrando al centro después de las siete para responder a los disturbios. La mayoría estaban enmascarados y portaban esposas y gas pimienta. Poco después, desde fuera se empezó a sentir un olor sofocante, y algunos activistas sostienen que lanzaron gas lacrimógeno a los detenidos.

Según The New York Times, antes de que las autoridades entraran en el centro, un detenido había llamado a un teléfono de emergencia para inmigrantes para avisar de que un grupo de reclusos había comenzado a rebelarse debido a la falta de alimentos, que estaban intentando romper ventanas y que los guardias de la cárcel parecían haber abandonado sus puestos. “La gente tenía hambre, se enojó mucho y empezó a reaccionar y a rebelarse contra lo que estaba ocurriendo en el centro”, dijo Ellen Whitt, voluntaria de la línea al periódico neoyorquino. “Cuando estábamos hablando por teléfono con él, podíamos escuchar gritos de fondo”.
El alcalde de Newark, el demócrata Ras Baraka, crítico feroz de la agenda migratoria del presidente Trump, expresó su preocupación en un comunicado horas después: “Nos preocupa lo que se ha reportado esta noche en Delaney Hall, desde la retención de comida y el maltrato, hasta el motín y la fuga de detenidos”. El regidor, que es también candidato a la nominación demócrata como gobernador de Nueva Jersey en las primarias de este mes, fue arrestado a las afueras de Delaney Hall el pasado 9 de mayo, después de insistir durante días que le permitieran entrar al centro para inspeccionar sus condiciones.
Baraka sostiene que la instalación de unas mil camas reabrió tras estar cerrada desde 2017 sin contar con un certificado de ocupación válido. En una demanda federal presentada a principios de este mes, el alcalde argumentó que su arresto en el lugar estuvo motivado por malicia política, no por justicia, y acusó a las autoridades federales de detención ilegal y persecución maliciosa.

A día de hoy, al alcalde todavía no se le ha permitido ingresar a la cárcel. “Toda esta situación carece de supervisión adecuada en cada aspecto básico —incluyendo las leyes de zonificación locales y los derechos constitucionales fundamentales. Por eso es necesario que los funcionarios de la ciudad y nuestra delegación en el Congreso tengan para observar y monitorear, y por eso las prisiones privadas representan un problema muy real para nuestro Estado”, añadió en el comunicado sobre el motín. “Exigimos respuestas inmediatas y una comunicación clara con GEO Group y el Departamento de Seguridad Nacional. Debemos poner fin a este caos y no permitir que esta operación continúe sin control”.
Al caer la noche del jueves, el caos también se desató fuera del centro. Los manifestantes presentes en el lugar se enfrentaron con los agentes. Algunos arrastraron barreras plásticas de construcción hacia las verjas de la cárcel para bloquear la única entrada y salida del lugar, mientras otros se enlazaron de brazos para impedir que los vehículos de las fuerzas del orden salieran del recinto. Las autoridades respondieron rociándolos con gas pimienta y empujando al suelo a algunos manifestantes, según se observa en los videos compartidos en redes sociales
“Muchas personas que salieron a protestar fueron rociadas con gas pimienta; a mí me lo rociaron en la cara y los brazos,” dijo a EL PAÍS Li Adorno, voluntario de Cosecha, una de las organizaciones que ha liderado las acciones diarias frente a Delaney Hall. Adorno añadió que las protestas continúan este viernes y que a los abogados que representan a los detenidos no se les está dejando entrar a ver a sus clientes. Letrados citados por el New York Times aseguran que “todo movimiento” dentro y fuera del centro, incluidas las reuniones con abogados, ha sido cancelado “hasta nuevo aviso”.
Cosecha, junto a entidades locales pro migrantes como Pax Christi y First Friends of New Jersey and New York, llevaban tiempo denunciando las condiciones dentro de este centro. Desayunan muy temprano, a eso de las seis o siete de la mañana, y luego no reciben la cena hasta las diez de la noche. Las raciones que reciben son muy pequeñas y difíciles de comer. Además, los organizadores aseguran que los detenidos no tienen atención médica adecuada y que los funcionarios del centro han estado recortando las horas de visita sin previo aviso, dejando a docenas de familiares varados sin poder ver a sus seres queridos.
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